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El cambio de liderazgo podría revitalizar a AMD, según los analistas

La sustitución de Héctor Ruiz por Dirk Meyer como CEO de AMD podría haber llegado tarde, pero es, en opinión de los analistas, el empujón que la compañía necesita para aumentar su competitividad en el mercado de microprocesadores tras padecer siete trimestres consecutivos de pérdidas netas.

Hector RuizLa compañía disfrutó de un éxito considerable en los primeros años de la década bajo el liderazgo de Ruiz, quien permanecerá en la organización supervisando la estrategia de reducción de costes de capital de AMD. Pero en los últimos años ha sufrido las consecuencias de diversos retrasos en el lanzamiento de productos y no ha conseguido articular un calendario claro de desarrollo y lanzamiento de sus chips, según los analistas.

Además, a pesar de que en los primeros tiempos consiguió ofrecer una imagen de líder en innovación frente a Intel, ha ido perdiendo progresivamente cuota, en parte debido a los errores mencionados. En este contexto, el cambio de CEO probablemente infundirá nueva energía a la empresa para volver a competir con mayor intensidad contra su principal rival.

AMD pretende deshacerse de algunos de sus activos de fabricación y volver a su primera estrategia como empresa principalmente enfocada en el diseño y desarrollo de su tecnología de microprocesadores que en la fabricación de chips propiamente dicha. Y, en esta estrategia, Meyer sea probablemente el líder más indicado, según Jack Gold, analista principal de J. Gold Assciates. El motivo es que Meyer es un auténtico experto en tecnología con un marcado sentido práctico, capaz de enfocar su tarea para entregar a los clientes tecnología de microprocesadores sobre unas bases consistentes, asegura Gold.

Varios errores estratégicos
Sobre Ruiz pesan algunas decisiones bastante cuestionables, como el procesador Phenom de triple núcleo, en opinión de este analista. Este chip, lanzado hace unos meses, fue construido sobre un chip de cuatro núcleos, mediante la deshabilitación de uno de ellos. Ruiz estaba demasiado enfocado en los márgenes de beneficio y fracasó a la hora de explicar su propósito con este chip de manera efectiva.

Dirk MeyerOtro tropezón bajo la dirección de Ruiz fue la planificación del diseño, fabricación y lanzamiento del chip Opteron de cuatro núcleos, conocido con el nombre en código de Barcelona, según Nathan Brookwood, analista principal de Insight 64. La expectativa del mercado servidor respecto de este chip era alta, pero AMD no pudo aprovecharla debido a los dos años que tardó en ejecutar y lanzar Barcelona. “Barcelona resultó un absoluto desastre para AMD”, asegura Brookwood.

Inversores y mercados financieros en general han estado reclamando la salida de Ruiz desde hace tiempo, según Brookwood. No recibieron con alegría su decisión de adquirir ATI al alto coste de 5.400 millones de dólares. Precisamente en un momento en que la reducción de costes y el retorno a la rentabilidad adquieren una importancia crítica, esta operación ha supuesto una carga de 880 millones de dólares sobre sus resultados correspondientes al segundo trimestre de 2008. “Obviamente el consejo directivo de AMD tenía que cuestionarse el liderazgo de Ruiz y, finalmente, ha concluido que no era la persona adecuada para llevar el timón de la empresa”, explica Brookwood.

AMD ha asumido desde hace años la postura de presentarse como una compañía enfocada en la tecnología, no en la fabricación. Sin embargo, ha tardado en llevar a cabo esta estrategia, según Dean McCarron, analista principal de Mercury Research. “Ahora que AMD se centrará realmente en el diseño y desarrollo de microprocesadores, Ruiz podrá dedicar todos sus esfuerzos a descargar a la organización de sus activos de fabricación y reducir los costes de capital para colocarla de nuevo en el buen camino. “Las fábricas son caras, requieren capital y el coste de mantenimiento de las instalaciones resulta muy elevado”, subraya McCarron.

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