La reforma de las telecomunicaciones europeas sigue adelante, pero suavizada
Los planes de reformar el escenario legal europeo para el sector de las telecomunicaciones siguen su marcha, aunque estuvieron a punto de descarrilar en un tenso encuentro entre los ministros de los países miembros de la UE celebrado el pasado jueves.
El fracaso de losministros de telecomunicaciones de las 27 naciones miembros de la UE a la hora de llegar a una posición consensuada al respecto podría haber acabado con cualquier esperanza de que, como se esperaba, las leyes propuestas entraran en vigor el próximo año, lo que hubiera dejado a la industria en un estado de prolongada incertidumbre legal.
Por ejemplo, los representantes de los gobiernos de Reino Unido, Suecia y Holanda se abstuvieron respecto a la opinión de que los cambios acordaros no fueran lo suficientemente ambiciosos, pero ningún país se opuso el paquete de compromisos propuesto por Francia, que actualmente ejerce la presidencia rotativa de la Unión Europea, cuya duración es de seis meses.
Sin embargo, Viviane Reding, la comisaria europea de telecomunicaciones, hubo de resignarse a ver muchos de sus planes de reforma naufragar. Entre las medidas finalmente rechazadas se incluyen la creación de una autoridad regulativa de alcance europeo y la coordinación paneuropea de la distribución del espectro de radio liberado por la migración de la televisión analógica a la digital.
Aunque los ministros sí apoyaron otras iniciativas propuestas por Reding, como el otorgar a los distintos reguladores nacionales el derecho de amenazar con la denominada “separación funcional” si los antiguos monopolios de telecomunicaciones de cada país incumplieran las reglas de la competencia justa con el resto de agentes del mercado.
La Comisión se da por satisfecha
En cualquier caso, y pese a haber tenido que renunciar a algunas de sus ideas, Reding ha dado la bienvenida al acuerdo alcanzado el jueves, aplaudiendo al ministro de telecomunicaciones francés, Luc Chatel, “por haber conseguido resolver esta crisis”, en referencia al enfrentamiento entre los representantes nacionales sobre los diferentes puntos de la reforma.
Ahora, el Parlamento Europeo, dado que comparte el poder en la toma de decisiones con el consejo de ministros de los gobiernos nacionales, debatirá los cambios por segunda vez. Este órgano ha adoptado hasta el momento una posición más cercada a la de la Comisión en la mayoría de los puntos de la propuesta de reforma, pero se ha comprometido a llegar a un consenso al respecto con los ministros antes de que finalice su actual legislatura; es decir, antes del próximo verano.
