La UE rechaza la creación de un regulador europeo de telecomunicaciones

Los ministros de Telecomunicaciones de la Unión Europea (UE) han impugnado de forma unánime la creación de un ente regulador único para las telecomunicaciones a nivel europeo contemplado en la reforma del sector presentada por la Comisión Europea.

La creación de una Autoridad Europea del Mercado de las Telecomunicaciones tendrá que esperar. La propuesta ha sido rechazada de forma casi unánime por el consejo de ministros de la UE al considerarlo innecesario. Además, éstos han argumentado que, de ponerse en marcha este ente, ello conllevaría más burocracia y socavaría la autoridad de los reguladores nacionales.

De los 19 países que han debatido esta cuestión, sólo Italia secundó la idea de crear una autoridad a nivel europeo si bien apostó porque fuera a largo plazo. Francia, Grecia y los Países Bajos apostaron por reforzar el grupo de reguladores nacionales, mientras que Alemania apuntó que la creación de esta autoridad “contradice el objetivo de la UE de reducir la burocracia y lograr que se aplique al sector el derecho general de competencia, reduciendo las regulaciones específicas”.

En lo que a España se refiere, el secretario de Estado de Telecomunicaciones, Francisco Ros, ha apuntado que “la solución a los problemas de armonización no pasa necesariamente por la creación de un regulador europeo con competencias, sino más bien por el establecimiento de reglas claras, estables y transparentes que proporcionen seguridad jurídica a los agentes, impulsen de manera decidida esa armonización y eliminen privilegios".

Si bien todos los ministros se han mostrado de acuerdo con los objetivos que se pretenden con la reforma a realizar en el sector de las telecomunicaciones, principalmente para fomentar la competencia y reforzar la protección de los usuarios, algunos puntos de esta propuesta han contado con divergencia de opiniones. En concreto, en lo referente a la división funcional consistente en dar poderes a los reguladores nacionales para que puedan forzar a los dominantes a separar los departamentos de servicios de los de gestión de redes, los ministros de Alemania, España y Rumania se han mostrado den desacuerdo, mientras que los de Italia, Países Bajos y Reino Unido la han respaldado. En esta línea, Ros expresó su rechazo a la separación funcional aludiendo al hecho de que, de producirse, podría tener un efecto contrario al deseado. "El operador dominante podría afianzar su dominio al no tener sus competidores incentivos para desarrollar redes y plataformas propias", sentencia Ros.

No obstante, todos se han mostrado de acuerdo en el hecho de que se introduzca una mayor flexibilidad en la gestión del espectro radioeléctrico y que haya neutralidad tecnológica, algo por lo que abogaron que sean las autoridades nacionales las que tengan la última palabra.

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