Comunicaciones

Seguridad, coste y complejidad frenan el despliegue de RFID en Europa

Pese a los beneficios de RFID, su adopción en la industria europea es aún escasa. Del sector que más ha adoptado esta tecnología, apenas un 25% de las empresas se ha subido al carro de la identificación por radiofrecuencia. Las principales barreras son la falta de seguridad y privacidad, el retorno de la inversión y la complejidad tecnológica y empresarial que supone, según IDC.

Casi una de cada cuatro compañías del sector de transporte y logística ha optado ya por RFID, seguidas por las empresas dedicadas a la fabricación bajo pedido y las de procesos industriales de fabricación. Por debajo del 15% se sitúan las organizaciones de distribución y mayoristas. “A pesar de que parece uno de los más proclives, el sector de la distribución se está preparando para RFID pero aún no ha despegado”, apunta Jaime García Cantero, director de análisis de IDC en España.

Buena parte de estas empresas con RFID dedican esta tecnología a los procesos de almacén, logística y el centro de distribución. Su implantación “está ligada al tipo de procesos que están haciendo las empresas, como la gestión del inventario, el control de la logística, la eficiencia en la distribución, la prevención de pérdidas y el time-to-market”. Asimismo, su adopción se está realizando de forma progresiva, iniciándose “en el almacén, para pasar luego a la cadena de producción y finalmente abarcar la cadena de valor, que incluye al cliente”.

Barreras y beneficios
Estas cifras reveladas por IDC en la II Convocatoria sobre Estrategias, Costes y Tendencias de la Tecnología de Radio Frecuencia (RFID) que tuvo lugar la pasada semana en Madrid, muestran que RFID se adentra poco a poco en las empresas europeas. Sin embargo, no presenta los índices esperados.

Para Jaime García, esto se debe a tres factores: seguridad, dinero y complejidad. “La seguridad es un gran problema y una de las principales barreras desde el punto de vista del usuario, más atento a cuestiones como la privacidad. Asimismo, se trata de un proceso que requiere una fuerte inversión inicial y que, a primera vista, no genera un fuerte retorno de la inversión. Finalmente se encuentra la complejidad, no sólo tecnológica sino también por la diversa gente dentro de la organización que tiene que ponerse de acuerdo para llevar a cabo el proyecto”. En este sentido, Joan Carles Agustí, arquitecto Java de RFID en Sun Microsystems, apuntó que hacen falta “un experto en TI, un consultor de negocio y un consultor en RFID para coordinar la implantación de esta tecnología de identificación por radiofrecuencia en la empresa y dar respuesta a todos los procesos que implica”.

Frente a estas barreras, IDC recomienda considerar por encima de todo los beneficios de RFID en los procesos empresariales: “inteligencia para medir en tiempo real, por ejemplo, el impacto de un anuncio o la trazabilidad de los productos; el impacto en los procesos como la logística y la gestión del almacén, y la innovación”. Asimismo, señala que se deberían utilizar métricas para ver las aplicaciones en la empresa y evaluar los procesos y beneficios de RFID en la empresa; aprovechar y adaptar los procesos y tecnologías existentes, y planificar la inversión y la implantación.

En nuestro país, “pese al miedo a innovar demasiado pronto”, existen empresas e instituciones públicas que ya han optado por RFID. Es el caso de la firma cervecera Estrella Galicia, que aplica esta tecnología para la telemonitorización de los tanques de cerveza y la gestión integral de las instalaciones. Tras el verano, según explicó José Manuel Santiso, responsable de sistemas de la compañía, “implantaremos la solución Keg Flow para el control de los barriles”.

Asimismo, durante la sesión organizada por IDC, se expusieron casos de RFID en la industria textil, el sector sanitario, el transporte express, la cadena de suministro y la automoción.


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