Big data: ¿humo o reto corporativo?

Big data es la nueva tendencia de moda, así ha bautizado la industria TIC al incremento masivo en el flujo de datos fruto de la era digital. Empresas de todo tipo y dimensión e incluso entidades públicas se enfrentan a una ola de datos que no pueden capturar ni analizar con las plataformas de gestión de información tradicionales.

Big data

Hay quienes denominan al big data la “revolución industrial de los datos”, pues implica una histórica ampliación del papel que desempeña la información en los ámbitos empresarial, institucional y de consumo. Pero, ¿se trata de un verdadero reto para las empresas o una nueva estrategia de marketing y ‘vaporware’ de los proveedores tecnológicos? Big data es una tendencia importante para las organizaciones y sus procesos de toma de decisiones, pero en absoluto afecta de la misma forma a todas las firmas y sectores.

 

¿Qué es ‘big data’?

Según diferentes estimaciones durante el 2011 se crearon 1,8 zettabytes de datos; en la próxima década el número de servidores que gestionan esos datos se multiplicará por 10; y cada día se envían en el mundo 294.000 millones de emails. No obstante, los crecientes volúmenes de datos son sólo un aspecto del big data. El tamaño es importante, pero este concepto tiene otros atributos: la variedad de los datos por la explosión de datos semiestructurados y no estructurados, la velocidad en que los datos se generan y han de ser recuperados para analizarlos, la viscosidad o la resistencia al flujo en el volumen de datos debido a las necesidades de integración y procesamiento necesario para convertirlos en información, y finalmente la viralidad o velocidad con que se propagan los datos y se comparten.

¿Por qué es big data una tendencia importante? En primer lugar, por el enorme volumen y complejidad de información. El tamaño de big data es relativo; para una gran organización supone tener que empezar a lidiar con petabytes pero para una pyme gestionar terabytes se convierte en un serio problema. Y no solo es el volumen, también es la complejidad en el tipo de datos y fuentes, y la velocidad con la que necesitan ser procesados.

Por otro lado, por la relación directa entre el análisis de datos y los resultados de negocio. Las empresas que gestionan mejor sus datos toman mejores decisiones y obtienen mejores resultados financieros. Y, finalmente, por la escasez de especialistas en gestión y análisis de datos. En este sentido, además de tecnológico, big data es un reto organizativo. Hablamos de estadísticos, analistas, managers con enfoque y experiencia cuantitativa, y técnicos expertos en software y lenguajes de programación de análisis de datos.

 

¿Debe mi compañía preocuparse por ‘big data’?

Más que “preocuparse”, primero debe “ocuparse”, es decir, identificar si dado su sector, tamaño, necesidades de negocio y actividad, el volumen de datos puede llegar a convertirse en un reto corporativo. Para evaluar el verdadero impacto del big data en la organización es aconsejable dar los siguientes pasos:

- Analizar la exposición de su actividad y sector al ‘big data’. Aunque casi todos los sectores y empresas se están viendo afectados por el incremento en el flujo y complejidad de datos, no impacta por igual a todos. Servicios financieros, administración pública, distribución y servicios informáticos son los que más beneficios obtienen de adentrarse en esta tendencia.

- Utilizar el software libre para pilotar proyectos. Una de las claves para entender las implicaciones de big data es que no importa tanto el volumen de los datos o la rapidez con la que se generan como el valor en sí de la información. Para comprobarlo muchas compañías están acudiendo a soluciones en software libre para crear entornos cerrados y controlados de pruebas.

- Pensar en la seguridad y privacidad de la información. Es un aspecto muy relevante sobre todo para multinacionales, a medida que más y más datos cambian de fronteras con leyes de protección de datos dispares. El riesgo de ataques informáticos, tanto internos como externos, deberá ser también re-evaluado: a más información y valor por dato, mayor riesgo de daños para la compañía en caso de ataque. 

- Empezar a buscar talento analítico… ahora. Algunos de los nuevos conocimientos que necesitará en el DTIC para abordar el reto del aumento en el volumen de datos no existirán en la organización. La formación y la promoción interna serán las mejores herramientas para suplir en una primera instancia la escasez de talento.

- Revisar la estrategia de centros de datos. La explosión de la cantidad de datos a almacenar y analizar no puede cogernos desprevenidos. Las compañías que se plantean el uso de big data han de ser conscientes que muy posiblemente estos proyectos vienen acompañados de una mayor inversión en sus estrategias para el centro de datos.

- Implantar procesos de ‘data governance’. El riesgo de no poder manejar toda la información que proporciona big data, obliga a plantearnos la necesidad de implantar políticas y procedimientos de data governance que establecen los procesos que supervisan el uso y gestión de los datos para transformarlos en un activo estratégico.

 

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