"Los brokers tienen una mente muy abierta a todas las transformaciones"

Iñaki Varela, CIO de Norbolsa

Iñaki Varela (Barakaldo,1964) es doctor en Informática por la Universidad de Deusto. Primer Premio Nacional de Terminación de Estudios de Informática en 1987. Compagina su labor profesional como director de Sistemas de Norbolsa desde su fundación en 1989 con la labor docente en la Facultad de Ingeniería de la Universidad de Deusto, donde imparte asignaturas de Programación. Sus pasiones: disfrutar con sus sobrinos y charlar con su mujer y los amigos alrededor de una buena mesa.

¿A qué edad empezó a inquietarle la tecnología?
- La verdad es que no fue algo que me inquietase desde niño. El flechazo se produjo en la Universidad, cuando empiezas a conocer los mecanismos internos que hacen que aflore la magia de la tecnología.

¿Qué le produce más indignación en el sector TIC?
- Que se tarde tanto tiempo en reconocer la valía y méritos de los estudiantes que terminan su carrera y acceden al mercado laboral.

¿Se imaginó de pequeño que se iba a ganar la vida en la Bolsa?
- Creo que de pequeño ni sabía lo que era la Bolsa, e incluso estudiando la carrera todo este mundo lo percibía muy lejano, por lo que fue toda una novedad cuando empecé a trabajar para un despacho de agentes antes de incorporarme a Norbolsa. Pero la verdad es que me enganchó con fuerza, aquí me mantiene atrapado.

Como bróker, ¿qué tecnología cotiza al alza?
- Trading algorítmico, tecnología para lanzar órdenes al mercado de forma automática en función de infinidad de variables de comportamiento de los valores y el mercado.

¿Y a la baja?
- Todo aquello que sea incompatible con la movilidad, imprescindible hoy en día para cualquier negocio.

¿Es fácil entenderse con los brokers en cuestiones tecnológicas?
- Muy fácil. Tienen una mente muy abierta a todas las transformaciones que se producen en nuestro sector y en ocasiones nos proponen auténticos retos, que además de aportar valor a nuestro negocio, nos estimulan a estar en la vanguardia de la tecnología.

¿La gente tiene que tener claro que en tecnología se fracasa muchísimas veces?
- No creo que se fracase muchísimas veces. Pienso que existen más aciertos que fallos, pero en cualquier caso, al mercado y al público, en general, sólo le llegan los éxitos, en muchos casos adornados de brillantes campañas de marketing, por lo que sí es verdad que no son conscientes ni del esfuerzo y dificultades que ha supuesto llegar ahí, ni lógicamente de otros proyectos que se han podido quedar en el camino.

¿Qué le resulta más duro: la incertidumbre de la Bolsa o convencer a su CEO de invertir en TI?
- Sin duda, la incertidumbre de la Bolsa, que es algo con lo que tenemos que convivir, que cada vez se acrecienta más y contra lo que no podemos hacer nada. Más flexible es la dirección de la compañía, sensible a la tecnología por la propia esencia de nuestro negocio, y que suele apoyar nuestras propuestas.

¿Ahora es un buen momento para invertir en Bolsa?
- Aunque sea tirar piedras contra nuestro tejado, la coyuntura actual no invita a actuar en los mercados, los cuales están sobrereaccionando negativamente ante cualquier evento. Si a mis amigos les digo que por ahora no inviertan en Bolsa, no puedo recomendar otra cosa distinta a los lectores.

¿Alguna recomendación?
- Que estén alerta, porque las buenas oportunidades de inversión llegarán y esperemos que no tarden mucho.

Cuénteme alguno de los peores momentos con los que ha tenido que lidiar. Aquellos que uno dice, no puedo más, lo dejo.
- Tanto como lo dejo no, huir es de cobardes. Pero sí recuerdo una situación muy complicada por fallo del host, que nos obligó a activar los planes de contingencia que tantas veces habíamos ensayado y pensábamos que nunca se utilizarían en real. Me pilló muy lejos de la oficina, con posibilidad de aportar muy poco, lo que me hizo sufrir mucho, pero se resolvió satisfactoriamente gracias a la preparación de mi equipo.

¿Cuál es el peor reproche que le han hecho?
- Que a veces me paso de perfeccionista.

¿Se siente más vieja gloria o más joven promesa?
- Digamos que vieja promesa.
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