La migración de los ficheros de clientes a SEPA se ralentiza

Solo queda un año para llegar a la fecha límite de la SEPA y las empresas europeas todavía tienen mucho camino por recorrer. Sólo un 2 % de transferencias de débito directas y un 30 % de transferencias de crédito han migrado, según un estudio de la Experian.

Dinero

Pese a que solo queda un año para que las empresas migren a los estándares de la SEPA, sólo un 30 %  de las transferencias de crédito y un 2 % de débitos directos son compatibles con la SEPA, según datos de Experian. Se estima que los costes que se podrían evitar causados por no solucionar los errores de datos y validar los datos sobre la migración podrían costar a la Eurozona hasta 2.000 millones de Euros. 

El cambio a un único sistema de pago SEPA, diseñado para simplificar y dinamizar las operaciones de proceso para los pagos domésticos e internacionales, tiene como fecha límite el mes de febrero de 2014 para los países de la Eurozona y, octubre de 2016 para las empresas ubicadas en territorios fuera de la Eurozona que quieran realizar y recibir pagos en euros. La SEPA impone la obligación de cambiar las existentes aplicaciones y bases de datos de pago a favor de los nuevos esquemas de pago, y a pesar de que sólo queden doce meses antes de la fecha límite, las empresas de la Eurozona están muy atrasadas.

Un estudio de Experian muestra también que sólo el 65% de las transacciones en euro viene respaldado por datos de encaminamiento de destino totalmente exactos y un 12% de los pagos electrónicos realizados a y desde empresas en Euros contienen actualmente errores de datos.

Las empresas tienen que priorizar y acelerar su transición al cumplimiento de la SEPA antes de que sea demasiado tarde porque la migración total puede necesitar tiempo, dependiendo del volumen de datos y de su integridad. Debido a la racionalización del nuevo formato de datos con SEPA, la total migración debería incluir un completo proceso de validación para asegurar que los pagos se realizan con éxito. Si las empresas no comprueban los datos bancarios subyacentes antes de la migración al formato IBAN, los errores ya existentes inherentes al actual sistema, posiblemente pongan en peligro los futuros pagos.

Las empresas que actualmente utilizan números de cuenta con el formato IBAN han reducido la tasa de error (4,6 %) en comparación con aquellas que utilizan números de cuenta domésticos (12,7 %), aunque dicha tasa de error sigue siendo un problema. Asimismo, el 45 por ciento de los Códigos Internacionales de Cuenta Bancaria (IBAN) compatibles con la SEPA que almacenan grandes empresas europeas no tienen los Códigos de Identificación Bancaria (BICs) válidos que son necesarios para permitir el éxito del encaminamiento de las transacciones.

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