Momentum movilidad

Estamos viviendo un punto culminante de la evolución de las comunicaciones móviles donde convergen la madurez de las tecnologías, la consolidación del smartphone, la aparición del tablet, la nueva proposición de servicios en la nube y la necesidad de las compañías por mejorar su competitividad y productividad. Todo esto ha movido al CIO a interesarse cada vez más por la movilidad.

Si ya representaba un cambio social la posibilidad de hablar desde cualquier sitio en el que te encontrases, inmediatamente algún operador empezó a investigar las posibles aplicaciones de los teléfonos móviles y los datos en la movilidad del entorno empresarial. La aplicación pura de voz ya era una excelente herramienta de productividad, pero ya se veía que esto era solo la punta del iceberg.
La imaginación aplicada a desarrollar mercados emergentes, como siempre, sobrepasa a la funcionalidad real, de tal forma que todas aquellas teóricas aplicaciones no se podían materializar porque las velocidades de trasmisión y la experiencia de usuario de los terminales abortaban los sucesivos intentos. 3G fue el punto de inflexión, y luego HSDPA permitió velocidades ya muy interesantes empezando a hacer posible toda la funcionalidad que, hasta ese momento, era teórica. Según esta tendencia, el futuro nos traerá velocidades que parecían impensables hace sólo unos años.
En paralelo el smartphone, con la aportación de Apple y sobre todo de Google, hizo posible una navegación real sobre estos dispositivos, de tal forma que los tamaños y la tecnología de las pantallas permitieron una experiencia de usuario satisfactoria. Los tablets, en su segundo intento, después del frustrante lanzamiento del los netbooks, son hoy unos dispositivos muy adecuados para navegar con pantallas medianas, estando además arropados por miles de aplicaciones, muchas de ocio y muchas también relacionadas con herramientas, productividad y aplicaciones de negocio especificas de movilidad. El paradigma de los sistemas de información se ha ido moviendo hacia el concepto de cloud computing como forma de aligerar las infraestructuras de las empresas y eliminar también los requisitos de soporte técnico de éstas, prescindiendo de recursos demasiado específicos. Vodafone y Microsoft han utilizado este marco para lanzar la primera oferta comercial al mercado de comunicaciones unificadas, basada en Microsoft Online Services y Oficina Vodafone. Esta oferta permite a las empresas, sea cual sea su tamaño, disfrutar de los servicios de mensajería, colaboración y servicios de voz y datos en movilidad, trabajando sobre la infraestructura de datos que conectan las diferentes sedes de una compañía, y ésta con el mundo exterior. Las centralitas, pesadas, caras, pero necesarias para dar inteligencia a una red “tonta” (la red de telefonía fija), ya han pasado a la historia y ahora todos esos servicios y algunos más, se siguen prestando, pero con las “centralitas” alojadas en los servidores de la nube.
Tampoco es desdeñable, al ser un hecho tremendamente peculiar, que dada la inclusión de los teléfonos móviles en la sociedad, cada ciudadano de una Administración Pública y cada cliente de cualquier compañía, independientemente de su actividad y tamaño, sea usuario de un móvil. Este hecho permite establecer una relación continua entre Administración y administrado, al igual que entre cliente y proveedor, abriendo grandes posibilidades para utilizar esta relación con fines informativos, asistenciales y también para realizar transacciones comerciales. Dentro de los límites de la privacidad y del sentido común, nunca ha habido una herramienta como ésta para realizar marketing personal y para ascender a la categoría de excelencia el nivel de la asistencia que ahora se puede prestar.

Elemento estratégico
El CIO tiene que considerar la movilidad como un elemento básico de su estrategia y debe incorporar las comunicaciones unificadas y los servicios que éstas ofrecen dentro de sus planes. Los dispositivos móviles deben tener pleno acceso a Internet, de forma y manera que desde ellos se pueda acceder a las aplicaciones corporativas. Al mismo tiempo, la intranet tiene que contemplar la incorporación de los clientes para generar transacciones comerciales en línea, informar (sin agobiar) y dar asistencia puntual y personalizada. No obstante, aunque técnicamente sea posible movilizar cualquier proceso, tiene que primar el sentido de la funcionalidad y de la experiencia de usuario de esa funcionalidad, para que realmente, bien sea en el empleado o en el cliente, no exista rechazo a su utilización. Por ejemplo, los cuadros de mando se podrán utilizar cuando alguien necesite acceder a ellos independientemente de donde se encuentre o donde le haya surgido una idea que quiere contrastar con datos. Por otro lado, el teletrabajo (habría que ir buscando otro término) permitirá de este modo conciliar la vida personal y profesional, permitiendo aumentos de productividad al mejorar el entorno de trabajo.
No puedo dejar de referirme al contrasentido que se ha producido con la aparición de este número especial sobre movilidad. Mientras escribo este artículo, acabo de ver en televisión un anuncio de un operador que incita a la utilización de la telefonía fija, explicando que es volver al pasado, pero que ahora ya no te van a cobrar la cuota mensual: sinceramente patético.
Es el momento de la movilidad, y es el momento quizás de dejar de hablar de ella, empezando a hablar de comunicaciones unificadas basadas en las comunicaciones móviles, que son tanto presente como “future proof”, al estar apoyadas en redes de comunicación inteligentes y de evolución garantizada.


Antonio Alemán es asesor de directivos en El Malabar y columnista de ComputerWorld y CIO.
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